Exigen justicia para Lucrecia, enfermera asesinada en Escuintla
Familiares, amigos, colectivos feministas y trabajadores del Sector Salud, exigen justicia para Lucrecia Salva, la enfermera asesinada por arma de fuego en el municipio de Escuintla, estado de Chiapas.
A la enfermera de 53 años de edad, le arrebataron la vida con un tiro de gracia. Por ello, sus compañeros se han unido y exigen justicia.
Lucrecia Salva, era jefa de piso del hospital General de Tapachula, Manuel Velasco Suárez, así como del Hospital de Especialidades Ciudad Salud.
La enfermera fue hallada sin vida el pasado sábado 11 de marzo sobre la carretera de terracería que conduce de Acapetahua a la ranchería Canutillo en el municipio de Escuintla.
De acuerdo con los informes, el centro de emergencia recibió un reporte alrededor de la 7:40 de la mañana, sobre el hallazgo del cuerpo de una mujer que presentaba el tiro de gracia.
En el lugar no se encontró ningún casquillo percutido, lo que indica que la asesinaron en otro lugar y abandonada en ese sitio.
Sus compañeros, médicos y amigos, destacan que Lucrecia, era una excelente profesional, una persona auténtica, alegre, admirable, justa y sincera.
La enfermera, originaria de Salto de Agua, también fue la fundadora de la Red de Asesoría y Consultoría en la Profesión de Enfermería en México.
De familia humilde, estudió enfermería y al llegar al Hospital General Manuel Velasco Suárez, continuó sus estudios hasta convertirse en Doctora en Salud Pública y Gestión Sanitaria, Maestra en Ciencias de la Educación y Especialista en Médico Quirúrgico.
También era Jefa de Enfermera del Hospital de Alta Especialidad de Ciudad Salud y por dos ocasiones Jefa de Enfermeras del Hospital General Tapachula. Además, impulsora e integrante de las damas voluntarias de la Cruz Roja de Tapachula; fundadora de la Red de Asesoría y Consultoría en la Profesión de Enfermería en México.
Exigen justicia para Lucrecia
Mencionan que cada sábado salía de su casa en el fraccionamiento San José el Edén, en Tapachula, para cuidar a su padre, que vive en la Echegaray Municipio de Pijijiapan y que estaba enfermo. Pero este sábado 11 de marzo no llegó. El domingo pasado, sus familiares y amigos la despidieron en el panteón de Echegaray.
Tras su asesinato, exigen justicia para Lucrecia; por ello, la Sección 50 del Sindicato de Enfermeras y colectivos feministas está organizando marchas para que encuentren al culpable del feminicidio de la enfermera.
