Celebración de San Sebastián en Suchiapa
Se ha hablado mucho de la Fiesta Grande de enero en Chiapa de Corzo. Sin embargo, no hay que olvidar que hay otra región con tradición similar. Se trata de Suchiapa, en este lugar se lleva a cabo la celebración de San Sebastián Mártir, del 18 al 23 de enero.
Chiapa de Corzo y Suchiapa, comparten tradiciones. Pues por la celebración de San Sebastián Mártir, también danzan parachicos, pero muchos lo hacen con máscara de torito, acompañados de tambores y carrizo. Asimismo, hay hombres que se visten de mujeres como los chuntás.
La diferencia es que en Suchiapa, los disfraces son más flexibles. Es decir, en las calles pueden danzar disfrazados de muñecotes espantosos, inflados de hule espuma, con espaldas descomunales, más anchos que altos y con una cabecita deforme.
Mientras que en Chiapa de Corzo, los chuntás también se han ido transformando, pero aún conservan lo tradicional, se visten con sus enaguas y sus blusas tradiciones.
Danza de parachicos, como parte de la celebración de San Sebastián
El origen de la danza de parachicos es de Chiapa de Corzo pero también se danza en Suchiapa el día 20 de enero, en honor a San Sebastian.
Los parachicos de Suchiapa, muchos usan mascara de torito de madera, con vistosos zarapes que cubren el cuerpo, y sus monteras de ixtle adornada de listones multicolores y también llevan pequeñas flores.
El vestuario de los demás parachicos, también llevan una montera adornada con listones de diversos colores, pero una máscara de madera con rasgos españoles, al igual que un zaparape.
Las danzantes bailan en la calles al compás de varios sones e imitan el toreo, como si resucitan la fiesta brava.
Pero también hay que mencionar que en la actualidad, los disfraces en Suchiapa han cambiado con el paso del tiempo. Hoy en día no solo se ve a los parachicos, chuntás, sino que también ya abunda e incluso dominan los muñecos espeluznantes, gordos, deformes, inflados con kilos de algodón y hule espuma. La tradición se ha venido sustituyendo por el baile carnavalesco. Aunque hay algunos que se aferran a la tradición, pero lamentablemente son pocos.
