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Zapata no ha muerto: voces en resistencia desde Chiapas

Zapata no ha muerto: voces en resistencia desde Chiapas

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Emiliano Zapata

El 106 aniversario del asesinato de Emiliano Zapata no pasó desapercibido en Chiapas. En una escena que evoca la lucha histórica por la justicia social y los derechos de los más olvidados, cientos de integrantes de organizaciones sociales tomaron las calles de Tuxtla Gutiérrez.

No solo para recordar al Caudillo del Sur, sino para dejar claro que su legado sigue vivo en la voz de quienes, como él, exigen tierra, justicia, libertad… y en este caso también, tarifas eléctricas justas.

La marcha, que partió del oriente de la capital hasta llegar al corazón político del estado, se convirtió en un grito colectivo contra lo que los manifestantes llaman “una ola de represión” impulsada por el gobierno de Eduardo Ramírez Aguilar.

Las pancartas y las consignas coreadas –“gobierno, farsante, que matas estudiantes”, “si Zapata viviera, con nosotros estuviera”– reflejan un descontento que va más allá de un simple reclamo: es un llamado urgente a detener el hostigamiento y la criminalización de la protesta social.

El Frente Democrático y Revolucionario de Obreros y Campesinos (FDROC), junto con otras agrupaciones, alzó la voz contra lo que perciben como una estrategia de “paz” que en realidad margina, persigue y silencia.

En pleno siglo XXI, los luchadores sociales denuncian represión con una frase que estremece por su vigencia: “cero organizaciones”. Como si la organización comunitaria fuese un delito.

Puede ser una imagen de una o varias personas, multitud y texto

Derechos básicos siguen siendo las principales demandas

Pero no solo se exige libertad política. También se reclaman derechos básicos: atención a demandas agrarias, la liberación de presos políticos, la búsqueda de personas desaparecidas y, en especial, la reducción de las tarifas eléctricas que impone la Comisión Federal de Electricidad.

En una región históricamente marginada, donde muchas comunidades apenas cuentan con servicios básicos, estas tarifas se sienten como una carga más en la larga lista de injusticias estructurales.

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Liberan detenidos

Zapata fue asesinado hace 106 años, pero su espíritu se niega a morir. Vive en cada campesino que defiende su tierra, en cada madre que busca a su hijo desaparecido, en cada joven que levanta la voz contra la impunidad.

El verdadero homenaje a su figura no está en discursos oficiales ni en estatuas adornadas con flores, sino en estas calles llenas de dignidad, donde el pueblo sigue caminando, luchando y resistiendo.

La historia de México se ha escrito con sangre, sudor y rebeldía. Y aunque los gobiernos cambien, aunque intenten silenciar las voces disidentes, siempre habrá quienes marchen, como en Chiapas, para recordarnos que Zapata no ha muerto. Que vive en la lucha del pueblo.


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