
Hay dos partes de Tabasco que no gozan la hermosa circunstancia de lo que propone Andrés Manuel López Obrador. Hay en sus entrañas personales, de algunos resentidos tabasqueños, algo desgarrador que no permitió que muchos disfrutáramos del hermoso espectáculo que fue trasladar el primer vagón del Tren Maya desde el estado de Hidalgo a Cancún, Quintana Roo.

Leo en una columna de fin de semana que recientemente pasó, una “zoquetiza” con cierto odio hacia Javier May. Lo acusan de diversas ideas para hacer política. No debiéramos proceder así, pero es parte de esa subcultura que emplean los cangrejos tabasqueños, para que otros cangrejos de la misma nacionalidad, no se salgan del canasto donde todos se encuentran confinados.

La república hierve. Cuatro piezas recorren el país. A Carlos Loret de Mola, sin tema político con que orientarnos, comenta los relojes de Adán Augusto. Pobre, se le terminaron las ideas. Perdió ya la brújula de la información. Brozo lo transformó en un payasito auxiliar. Tiene que apelar a un detalle que piensa, bajarle puntos al candidato de Tabasco.