Un reencuentro con el pasado; renuevan Museo Regional de Chiapas


Chiapas.- Después de casi seis años de permanecer en silencio, las vitrinas del Museo Regional de Chiapas han vuelto a hablar. Y lo hacen con fuerza, con 643 voces de barro, piedra y obsidiana, de las cuales 123 emergen por primera vez a la luz pública.
La reapertura de la Sala de Arqueología no es solo un evento museográfico; es un acto de memoria, de identidad y de justicia cultural.
Inaugurada en el marco del Día Internacional de los Museos, esta nueva etapa del museo en Tuxtla Gutiérrez representa el triunfo de la paciencia y la vocación científica.
El guion museográfico renovado es fruto de años de trabajo colaborativo entre arqueólogos, museógrafos, diseñadores y comunicadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), una suma de talentos que permite al visitante sumergirse en las raíces más profundas de Chiapas.
Bajo el título “Sociedades prehispánicas de Chiapas”, la exposición no se limita a mostrar objetos antiguos: articula un relato que inicia con los primeros pobladores, hace más de 14,000 años, y avanza hasta el momento crucial del encuentro con los conquistadores españoles.
Es un recorrido que ilustra cómo los antiguos habitantes de este territorio —desde los olmecas y zoques hasta los mayas y chiapanecas— desarrollaron complejas estructuras sociales, expresiones estéticas y prácticas espirituales, adaptándose con maestría a la diversidad geográfica del estado.
La museografía nos recuerda que Chiapas no es solo biodiversidad ni un mosaico cultural contemporáneo, sino también un nodo esencial en el entramado de las civilizaciones mesoamericanas.
Las piezas expuestas —muchas resultado de investigaciones nacionales e internacionales— son testimonio tangible de una historia que a menudo ha sido contada desde el centro del país, dejando en la sombra los aportes únicos de esta región.
Valor histórico el Museo Regional
Además del valor histórico y estético de los objetos, hay un mensaje aún más poderoso detrás de esta reapertura: la importancia de los museos como espacios vivos, en constante diálogo con la sociedad.
Un museo no es solo una colección; es una herramienta pedagógica, un refugio emocional, un espejo de lo que somos y lo que fuimos. En tiempos en que la memoria colectiva parece difuminarse entre la sobreinformación y el olvido, reaperturas como esta son recordatorios contundentes de que nuestras raíces merecen ser vistas, entendidas y celebradas.
El acceso gratuito al museo refuerza esa vocación pública que debería guiar toda política cultural: la cultura como un derecho, no como un lujo.
Que este espacio vuelva a abrir sus puertas es una invitación abierta a niñas, niños, jóvenes, investigadores y visitantes ocasionales, para que redescubran el alma de Chiapas en cada fragmento, en cada figura, en cada historia rescatada del polvo del tiempo.
Ojalá este hito marque el inicio de una nueva etapa en la relación entre ciudadanía y patrimonio. Porque un pueblo que conoce su historia está mejor preparado para imaginar su futuro.